dimecres, 12 de setembre del 2012

Nunca he sido independentista, y sin embargo...




Nunca he sido independentista. Ni por sentimientos identitarios o nacionalistas, ni tampoco por esos “argumentos económicos” que además muchas veces me parecen falaces y derechistas. Mi bandera es tricolor y mi aspiración una república federal socialmente avanzada y radicalmente democrática, al servicio del pueblo. Y sin embargo…

Ayer estuve a esto de no ir a la manifestación. Me daba rabia manifestarme con los fachas que nos están destrozando el país, me daba asco marchar al lado de los privatizadores, de los trinchadores de derechos, de los que nos roban para vender Catalunya a trocitos a los grandes especuladores y a la patronal. Como decía un compañero por twitter, yo no quiero manifestarme detrás de CiU, en todo caso delante y en sentido contrario.
Pero mira, al final algo pudo más, y salí a la calle. En parte fue la rabia de no dejar que los fachas se apropiaran de la bandera de mi país, porque Catalunya no es suya y ellos no la representan. En parte fue la sensación de que estaba ante una jornada histórica, y yo no podía quedarme en casa viendo por la tele lo que pasa en la calle. Y salí, y me sumé a la marea, sin gritar “independència”, eso sí, porque ya te digo, nunca he sido independentista. Y sin embargo…

La enorme mani daba sus últimos coletazos, me paseaba por el centro de Barcelona, y veía los carteles, y las pancartas… y yo, que nunca he sido independentista, ni siquiera nacionalista, que no siento ninguna clase de apego por los símbolos nacionales, por primera vez en mi vida, entendí (¡e incluso sentí!) la fuerza de esta idea llamada independència. Y gente, es tan grande, tan potente, por simple además, que hoy por hoy la veo imparable.

Imaginaos: ¡Construir un nuevo país, desde cero, ahora, aquí! ¡Crear nuevas instituciones, un nuevo comienzo, con nuevas reglas, que están por escribir, sin ataduras, sin restricciones! ¿Quién no quiere cambiar la sociedad, en estos momentos en que la sociedad es una mierda? ¿Quién no se apuntaría a este proyecto colectivo, que nos abre un camino incierto, pero también un rayo de esperanza hacia la posibilidad de un futuro mejor?

Y además es que la idea es simple hasta decir basta. Comparad: mientras nosotros tenemos que decir algo así como “iniciemos un proceso constituyente desde abajo para que el pueblo decida como se quiere organizar a todos los niveles, en el que nosotros apostamos por una República federal que respete el derecho de autodeterminación de los pueblos y naciones de España, encontrando un marco de relaciones que permita…” a los soberanistas les basta con decir, “Catalunya!”. Y en esa palabra cabe todo, todos los sueños de todo el mundo.
Es más, y ahí radica también gran parte de la fuerza de esta idea: Esta utopía llamada Catalunya, al contrario de esa otra llamada 3ª República, se percibe realizable, se percibe cercana. Desde ayer, más aún. Se nota que es un proceso que ha empezado a andar, está ya en construcción. ¿No te sumarías al carro? La tentación, incluso para un “no indepe” recalcitrante como yo, es enorme.

Pero obviamente, la cosa tiene una trampa: Al decir “Catalunya! Independència!” cada uno se forma en la cabeza su propia imagen de ese país ideal. Y así como la idea “3ª República” tiene unas connotaciones que la unen necesariamente a la izquierda sociológica, la idea “Catalunya” es tremendamente más transversal. Cada estelada que ondeaba ayer reclamaba una Catalunya independiente, sí, pero cada una también soñaba con una Catalunya distinta a la de la estelada de al lado. Y ahí está el problema.

Todo el mundo quiere cambiar la realidad, decía antes, y la independencia abre una posibilidad de hacerlo desde la raíz. Pero cuando digo todo el mundo, me refiero a todo el mundo. Los fachas quieren cambiar la realidad, también (y lo están logrando, ese es el problema). La Catalunya que quieren construir los poderosos, los especuladores, los banqueros y sus títeres de CiU, es también un sueño, su sueño, pero no tiene nada que ver con el mío. Son, de hecho, proyectos antitéticos. Los neoliberales que ya preparan la hoja de ruta para una independencia basada en el apoyo internacional de EEUU e Israel sueñan con un estado gobernado por hordas de tecnócratas recién salidos de ESADE, con una Constitución basada en los sueños húmedos de Milton Friedman. Es su utopía. Por ella se manifestaron ayer, al lado de quienes sueñan con una República Socialista Catalana.

Ese es el gran peligro de las llamadas a la “unidad nacional”. Que nos puede pasar que nos unamos todos bajo una gran bandera quatribarrada, pensando “primero nos libramos de España y luego ya vemos”, y cuando nos demos cuenta, los fachas hayan abierto el melón, lo hayan cortado a su gusto, lo hayan cerrado, y nos encontremos con un país que no tiene nada que ver con aquél que soñábamos ayer. Igual que en la “modélica transición”. ¿Y cuantos años nos ha costado vislumbrar la posibilidad de rehacer el régimen que salió de la transición? Más de 30 años y una situación de crisis económica y social sin precedentes en la historia. No podemos permitirnos cometer el mismo error dos veces: o la nueva realidad la construye el pueblo, desde abajo, o luego no será posible, será una oportunidad perdida que nos llenará de frustración y desengaño. Y será un regalo a los neoliberales que verán su utopía puesta en bandeja y envuelta en un lazo rojo por las masas populares.

El proceso está en marcha, y es imparable. Cuánto tiempo llevará, y cómo terminará, nadie lo sabe. No es solo la relación Catalunya-España la que está en crisis, es todo el régimen de la transición el que hace aguas. Lo que salga no cambiará solo a Catalunya, sino también al resto del estado español. Y puede que termine, fíjate, con una 3ª República federal que respete el derecho de autodeterminación de los pueblos y naciones que la forman. O puede que termine con un concierto económico para Catalunya. O puede que termine con la secesión. Eso nadie lo sabe. Pero el proceso está en marcha. Y no podemos dejarlo en manos del enemigo, esto es, de los de arriba, hablen el idioma que hablen.

Mirad gentes, yo (por cuestiones identitarias, familiares, sentimentales, convicciones internacionalistas, vete a saber) preferiría que este proceso constituyente, este melón que se abre para construir un país nuevo, sobre bases nuevas, justo, libre, socialista, incluyera a todos los pueblos de España y nos trajera una República donde ondearan banderas tricolores por doquier. Pero si ese proceso se inicia en Catalunya, hay que subirse al carro y empujar como el que más. Eso sí, teniendo claro qué país queremos construir, y no dejándolo en manos de la “casta dirigente” (eso sí que es casta).

La República Catalana que yo quiero llegará, no de la mano, sino en contra y a pesar de Artur Mas y los suyos. Sentemos las bases y las alianzas necesarias para que la idea “Catalunya” vaya indisociablemente unida a las ideas “Igualdad, Fraternidad, Justicia” y por qué no, “Socialismo”.

Y entonces hasta soy capaz de salir a la calle enarbolando una estelada. Roja, por supuesto.

PD.- Este artículo está escrito en castellano con toda la intención y la mala leche del mundo, lo reconozco, pero también por si acaso a alguien allende los Ebros le da por leerlo, que necesitamos hacernos entender por allí, será que somos raritos ;)

5 comentaris:

Ediciones Páralo ha dit...

http://astallon.blogspot.com.es/2012/09/11-de-septiembre-de-2012-reflexiones.html

Desde el mismo lado de la trinchera camarada. Hablando de algunas cosas dinstintas, pero en el fondo, de lo mismo.

Salud y nos vemos más pronto que tarde :)

Marcollado ha dit...

Una gran aportació al debat sobre el que va passar ahir. Jo sempre he sigut dels que deia "aquest no és el meu debat, jo sobre el debat nacional no m'hi mullo perquè em moc en un debat social". Ahir vaig aprendre una gran lliçó: si tu t'atures, el món segueix sense tu, i pots quedar tan lluny que ni entendràs el que succeeix ni la gent entendrà el que diem sobre el tema nacional. Si els federalistes de Catalunya ens desentenem d'aquest debat, caiem en aquest gran perill que és desentendre'ns dels anhels d'una gran part dels i les catalanes. Estic totalment d'acord amb tu en el que dius sobre que cal evitar que aquest procés que porta Catalunya cap a algun lloc el comandi la dreta neoliberal que pretén aprofitar-se de la situació per fer-ne una cortina de fum. Ahir vaig aprendre que això, senyores y sus respectivos maridos, és un moviment popular. I els nostres companys de l'esquerra als pobles d'Espanya han d'entendre que el problema català no és el de dues burgesies enfrontades, sinó que han de defensar i promoure el dret a l'autodeterminació, i han de dir que sí que hi ha opció federal a l'altra banda de la Franja. Si no, serà un silenci còmplice, i li faran el joc a la dreta catalana, que dirà com tantes altres ocasions que, fora de la independència "no hi ha alternativa". I això sí que no.

nopik ha dit...

Benvingut, i sempre li hem dit Unitat Popular. Si més no, ignores tot el que comporta l'Esquerra Independentista...
Salut!

el ferranet ha dit...

De hecho lo único en q diferimos es que tu crees q CiU parará el proceso una vez consiga sus objetivos y yo tengo la sensación de que es el proceso el que sobrepasará a CiU y vamos hacia el choque de trenes definitivo. De hecho, pueden pasar ambas cosas, en estos tiempos convulsos puede pasar de todo!

Y es necesario que desde la izquierda hagamos un debate profundo sobre este asunto, porque no podemos quedarnos al margen. Salute!

el ferranet ha dit...

Collado:
+1000 ;)
De tota manera, tampoc hem de caure en la simplificació de creure que ara tothom, o tota l'esquerra s'ha tornat indepe. De fet hi ha una part important de la societat que continua sent federalista, encara que el federalisme sembli en una via morta, i altra part important viu d'esquenes al debat nacional. Jo continuo sent federalista, per exemple ;)
O sigui que el debat i el procés encara és i serà molt llarg, i no es pot deixar de banda a tota aquesta part de la societat que o bé és declaradament contraria a la independència (22% segons enquesta Gesop) o senzillament el asunto se la sopla (25%).

Nopik:
En cap cas ignoro ni els postulats ni la història de l'EI, als qui sempre m'he sentit proper, però senzillament mai hem coincidit tot el que seria desitjable perquè la meva gent som dels que posem sempre per davant la bandera social a la nacional (que et reconec que ens la suda una miqueta massa), i normalment l'Esquerra Independentista, tot i tenir un discurs social molt avançat i segurament gairebé calcat al meu, sempre agafa la qüestió nacional com a bandera i també rebutja normalment col·laborar amb gent que no sigui indepe (massa vegades m'han dit txarnego o botifler quan participava en segons quins espais unitaris, y eso cansa).

Però el problema no és que jo coincideixi o no amb l'EI, el problema és que ara, com abans, l'EI i els seus postulats son molt minoritaris socialment. I si s'iniciés un procés constituent cap a un nou estat (cosa que està per veure, ben pot ser que CiU aprofiti per aconseguir la seva majoria absoluta i torni a fer botifarra als sobiranistes), no seria sobre aquestes bases, sinó, molt em temo, sobre bases neoliberals.
De fet, fins i tot ERC, que se suposa que és una força d'esquerres, sembla que basa la seva estratègia en una espècie d'aliança estranya entre CiU, ICV-EUiA i ERC (suposo que també comptarien amb els fatxes de SI, aquí tothom hi cap, total, l'única cosa que importa és "la patria"), i passa olímpicament de l'EI.
Si l'aliat més natural que tindria l'esquerra independentista ni tan sols compta amb ella per la seva estratègia de "construcció nacional", ja em diràs com està la correlació de forces. I no només la correlació de forces, sinó les bases mateixes d'aquest possible procés constituent.
Saps quina és la organització política que actualment està fent més esforços per apropar-se i construir espais unitaris amb l'Esquerra Independentista (sobretot amb les CUP, però també amb altres formacions)? EUiA ¡Cágate lorito!

Pues eso, que arrieros somos y en el camino nos encontraremos ;)
Salut!